El
ESTADO FRENTE A LA EDUCACIÓN
Educación para todos Vs. Educación de Calidad:
La
educación llegó a la naciente nación colombiana como un mecanismo para
organizar al pueblo bajo unas ordenes y para mantener el diálogo vertical “por
varias razones: primera, para que la estructura económica del estado funcione
es necesario que los miembros de la sociedad sean productivos. Para que sean
productivos es fundamental que sean capaces de manejar algunas de las nociones
básicas de la vida científica. Sin embargo, hay un cambio radical entre los
sistemas de educación de la colonia y los sistemas propios de los
estados-nación. Durante la colonia, el sistema educativo en Latinoamérica, si
bien había creado instituciones universitarias muy importantes que generaron un
complejo panorama de conocimiento, estaban dirigidas para educar a la sociedad letrada,
es decir, para un grupo muy selecto de personas” (González. Contextos Políticos
y Culturales en Latinoamérica).
También
surge la Escuela como “un medio de controlar a la gente, contar ganancias y
recordar deudas”. La economía industrial necesitaba obreros instruidos. Los
pobres tenían que aprender a escribir, leer y calcular. Se extendió la cultura
dominante y colonizadora. Doctores, licenciados e ingenieros forman la nueva
casta intelectual. Ocuparán puestos de mando al servicio de los ricos. Manejan
nuevas jergas de su oficio. Unos pocos se comprometen con su pueblo, pero
siguen hablando como los de arriba: ‘con corrección, buena sintaxis…como gente
culta’. Obreros y empleados: tienen
algún diploma y poca instrucción. Tienen ‘menos cultura’. La gran masa:
marginada de la cultura. No tiene cultura. Imita los modales de los de arriba”.
(El Lenguaje Popular. Aler).
Iglesia
y educación:
La
educación en la Colonia estuvo regentada por el Clero. Así había sido entendido
el mandato del Señor Jesús: “Vayan por todo el mundo y enseñen…” (Mateo 28).
Era una manera para Evangelizar y mostrar el testimonio de Vida y la Salvación
de Jesús de Nazareth. De esta forma la Iglesia, también, hizo un medio para
promover los valores y la moral de los pueblos. La educación en todos los
niveles siempre ha sido, para la Familia de Dios en la tierra, una gracia y un
gran desafío.
Por
eso hemos encontrado centenares de escuelas a la orillas de los ríos, en las
orillas de las carreteras, en un claroscuro de la selva, en lo más alto de la
montaña y como maestras unas humildes religiosas que hacen el papel de
maestras. De hecho, un modelo que ha dado mucho fruto es el de “las Normales” o
“Escuelas Normales Superiores” que nacen alrededor de las comunidades religiosas,
con el fin de formar a las nuevas maestras, que en un momento se caracterizaban
porque solo iban dirigidas a las “niñas” o “señoritas” y últimamente en el
lenguaje incluyente, también los varones tienen lugar y derecho.
“Hasta
el sol de hoy” la Iglesia sigue siendo garante de la educación de excelente
calidad, en algunas circunstancias con establecimientos en medio de los
estratos altos de la sociedad, pero la mayoría de las veces, en medio de los
grupos humanos más pobres y en vía de desarrollo.
Estado
y Educación:
Como
bien lo afirma, González en Contextos
Políticos y Educativos para América Latina, en Colombia se dio primero la
burguesía que el Estado. Empieza en el país la división de clases: la clase
alta en las grandes ciudades, quienes tenían todas las facilidades para
ingresar al sector educativo: cercanía, recursos económicos, tradición
familiar: algunos padres de familia tenían algún nivel de instrucción cultural;
linaje político, social o económico.
A
estas personas había que formarlas para poder orientar los destinos de sus
pueblos y organizaciones empresariales. Aunque paradójicamente, quienes crearon
las grandes empresas en Colombia, no fueron los eminentes egresados de las
universidades del extranjero, sino hombres y mujeres con mucha visión y
talento. Ya luego viene la formación de los administradores de empresas y demás
profesiones.
Pero
con motivo de la Revolución Industrial es preciso educar a los obreros, quienes
debían manejar las máquinas y los equipos relacionados. Surgen talleres de
artes y oficios. Se crea el Sena y similares. Luego a finales del Siglo XX se
promueve la Educación para el Empleo, o programas técnicos, así como los
tecnológicos. De esta manera más y más colombianos acceden a la educación. Y a una
educación con dos tonos: masiva y universal: alcanzando a todos y sin
exclusión. Llegando incluso hasta las cárceles y centros de rehabilitación y
por diferentes medios: radio, televisión, impresos, Internet…hasta por el
correo postal. Colombia ha sido líder en la masificación y universalización del
sistema educativo.
Campañas
masivas de alfabetización para adultos, formación continua, jornadas extra,
escuelas de padres, bibliotecas populares, “biblioburros” o “Bibliocircos” como
experiencias innovadoras…y llegar hasta la etnoeducación. El otro tono: es el
de la calidad: si bien en los establecimientos construidos y administrados por los gobiernos nacional,
regional o local, con recursos propios o por medio de cogestión (por ejemplo
con el Comité Nacional de Cafeteros), requieren mantenimiento constantemente:
pinturas, servicios sanitarios, agua potable, tableros, paredes, fachadas,
ventanas, techos y todo esto en optimas condiciones, para favorecer el proceso
de enseñanza y aprendizaje, es fundamental que el Estado también favorezca la
calidad humana: formación de docentes: en Medellín, por ejemplo, se encuentra
La Escuela del Maestro “como un espacio para la innovación educativa y el
desarrollo profesional e intelectual de la educación, la promoción y el
desarrollo de innovaciones educativas que posibiliten la transformación de los
ambientes educativos y con ello mejorar la calidad de aprendizaje de los
estudiantes”
El
acceso a los estudiantes a las nuevas Tecnologías para la Información y el
Conocimiento. Bibliotecas ambientales y espacios lúdicos, posibilidades de
salidas pedagógicas, trabajos de campo. Educación basada en proyectos, en
problemas, en investigación.
La
educación en Colombia ha cambiado en estos últimos años, pero el Estado también
tiene que seguir mirando el eje educativo “como la niña de sus ojos”, para que
Colombia siga siendo la mejor esquina de América: justa, pacífica, educada, pujante y en armonía con la
naturaleza”.
Algunos docentes entrevistados han dicho lo
siguiente:
“Se
fusionaron los centros educativos. La escuela ha pasado a ser abierta a la
comunidad. La comunidad se ha vinculado más con los procesos de la escuela. Las
escuelas, incluso las rurales, han cambiado en la tecnología, con Medellín
Digital, se ha favorecido la comunicación y la investigación.
Por
medio del Presupuesto Participativo hay un cambio donde hay más intervención de
la comunidad y del mismo Estado. Lo que es infraestructura y materiales de la
escuela se han generado a través de estas estrategias: Presupuesto
Participativo y Canastas Educativas.
Los
padres de familia han participado más, han tenido más sentido de pertenencia,
mayor apropiación en cuanto a infraestructura. Falta mayor acompañamiento en la
educación dentro de la familia. Descargan todo el proceso de aprendizaje en la
escuela. La docente es la responsable de que el niño aprenda o no aprenda. Ya
no hay familias nucleares completas, sino monoparental o mixta y eso afecta el
proceso pedagógico en los estudiantes. Se encuentran papás represivos o analfabetas
que tampoco favorecen el proceso.
Con
Presupuesto Participativo se ha visto más integración de la comunidad y del
mismo Estado. Así mismo el programa: Canasta Educativa.
La
infraestructura, ha cambiado, pero se sigue la lucha, porque es algo lento.
La
metodología ahora es más desde la experiencia significativa, desde el quehacer:
el ser, el saber y el hacer. Las docentes son muy abiertas a la comunidad y a
la creatividad. Antes la docente era de tiza y tablero, planas y libros.
El
apoyo del Estado ha sido mayor: mayor vinculación con Secretaría de Educación,
el Presupuesto Participativo, visitas, capacitaciones y el Restaurante Escolar.
La
Escuela del Maestro, con diferentes cursos gratuitos de acuerdo a los intereses
de cada maestro, aunque estas capacitaciones ahora no son escalafonables por el
Decreto 1278 que no da mucha ventaja, pero no se paga por el aprendizaje. Todo
esto se da siempre y cuando uno manifieste sus necesidades. Hemos hecho todo el
proceso de formación en Tics, las compañeras en Inglés y demás.”
Estela
Pareja:
“Ha
cambiado la infraestuctura, el comportamiento de los estudiantes y los padres
de familia.
Ha mejorado mucho la relación con el Estado. Ya hay más aprecio por
el trabajo del educador.
La familia educativa se vive de diferentes maneras y
cada uno aporta para ello. Las experiencias significativas: la forma de uno
llegar a los estudiantes, la forma de los estudiantes expresarse, practicar,
cumplir con sus tareas, trabajos, actividades”
Margarita
Gutiérrez:
“Ha
habido un cambio fundamental en la actitud y las prácticas pedagógicas de los
docentes. Primero se creía que la misión era llegar al aula y transmitir al
estudiante como una “tabla rasa”. Ahora se piensa y se concibe un proceso más
interactivo, un compartir de saberes pedagógicos entre docente, los estudiantes
y toda la comunidad educativa. Entre todos se hace una construcción de ese
saber.
Pienso
que hay un aspecto que es fundamental y necesario: que la gente se haga
conciencia de él y se apropie de la gratuidad de la educación pública. En estos
momentos en la educación pública nadie paga un peso. Debe seguir siendo así.
Tenemos que seguir siendo conscientes tanto docentes como comunidad educativa
de este derecho.
Toda
experiencia y aprendizaje debe servir para la vida y dejar huella. El
aprendizaje significativo tiene que ver con la vida, con la vivencia con el otro
ser humano, con el hermano que tenemos a nuestro alrededor, con el ser feliz,
con edificarnos cada día más…”
Ignacio Lopera:
Hay unos
niveles de profesionalización que en otrora. Una escuela donde ingresan
maestros y maestras más comprometidos con su labor, gente con una vocación más
humana y esto es muy importante, porque
había una escuela muy congelada, muy quieta, porque no había maestros que
gozaran de su oficio, que le encontraran nuevas alternativas a la escuela,
volviéndola vida, abierta al mundo, muy relaciona con la cotidianidad y donde
los niños se sintieran alegres yendo a la escuela. Hoy hay una nueva mirada del
maestro.
Hoy
tenemos escuelas mucho más dotadas, mucha mayor inversión, aunque no lo
requerido. Tenemos muchas falencias en la ruralidad hoy sigue siendo invisible,
no llegan buenos recursos para los niños y las niñas del campo. Es ahí donde
necesitamos mayor presencia del Estado allegando recursos renovando la
educación rural para que los niños pasen de las aquellas viejas cartillas de
tanto uso a materiales más diversos, donde los computadores estén y sean usados
para conectar las veredas con el mundo y abrir el conocimiento de otras formas.
La
educación rural frente a la globalización: la globalización impone nuevas miradas
porque esto puede poner en riesgo la identidad misma del territorio. Es
inevitable la globalización: el mundo se está interconectando cada vez más
veloz y nosotros no podemos abstraernos a esto, en esa misma medida tenemos que
tener mucha conciencia a la hora de la formación para no olvidar que hay una
identidad, que hay unos conocimientos que nos pertenecen propios de nuestra
cultura y que se pueden diluir si nos sumergimos de manera inconsciente en
estos nuevos mercados. Es inevitable pero debemos afianzar mucho el valor de la
identidad del territorio de nuestros estudiantes.
Carmenza Cáceres:
Tenemos
que entender el contexto para hablar de la educación. Tenemos que hablar de la
legislación vigente y que ellas van cambiando en la medida que ellas van
cambiando en la medida de las necesidades de cada una de las entidades
específicamente.
Anteriormente
la educación era concebida como un proceso de transferencia de conocimientos
solamente, de mirar en un proceso vertical donde arriba están los docentes y
abajo los estudiantes. El conocimiento se generaba desde el profesor y él era
el que tenía los conocimientos y no más. Ahora la educación es un proceso más
lineal y recíproco, donde el estudiante forma parte activa en la construcción
del conocimiento. El proceso ahora está mediado por las nuevas tecnologías de
la información y las comunicaciones en la medida en que se una demanda a nivel
social. En las Instituciones de Educación Superior, por ejemplo, se debe
trabajar mucho con relación a eso que es la demanda del medio; entonces ahora
la educación está mediada por la innovación, investigación, nuevas tecnologías.
Anteriormente no se daba mucho eso, se trabajaba más en un proceso donde había
un receptor y un transmisor de conocimientos y se paraba allí. Ahora se permite
una construcción del aprendizaje por parte de todas las personas que participan
en toda la conformación del trabajo en el aula de clase.
¿Y
el gobierno qué hace? Genera unas políticas que permiten a cada uno de los
establecimientos educativos apropiarlas para buscar la calidad. Ahorita se
trabaja con Planes de Mejoramiento donde cada Institución lo que hace es armar
una propuesta de trabajo donde se operacionalizan unas metas y unas estrategias
y luchan todo el año por conseguirlas, las montan en un plan operativo y tratan
de darle viabilidad a esos elementos pertinentes para mejorar desde la gestión:
académica, administrativa, financiera, la atención a la comunidad. Esos
lineamientos se dan desde el Ministerio para que se dé mejor calidad a la
educación del país.
María Eugenia:
Con
la llegada de los profesionales, con el cambio del decreto 2277 al 1278 la
educación es más técnica, aunque la Ley habla de lo integral se ha olvidado la
parte integral de los estudiantes. Se piensa más en el logro académico que en
el desarrollo, en lo ético, en los valores…el muchacho responde o responde. En
ese sentido ha cambiado mucho. El decreto 230 del 2001 le hizo mucho daño a la
educación donde los muchachos eran promovidos hasta con tres asignaturas
perdidas, eso generó en los muchachos una pereza mental. Aunque
ya aparece un nuevo decreto en el 2010, el 1290 y las instituciones lo debían
ajustar, éstas hicieron de éste casi de nuevo en un 230, lo que mantiene
desorientados a los padres como a los estudiantes, porque siendo instituciones
públicas, algunas son muy exigentes y otras no. Entonces cuando un muchacho se
mueve de un lugar a otro no sabe qué pasar y aunque hay unos parámetros
nacionales, al interior de la cada institución es muy diferente.
Siento
que se ha deshumanizado mucho la educación. Se le ha apuntado mucho a los
conocimientos específicos, pero falta entender al muchacho como un ser que
tiene diferentes formas de aprender y hay situaciones que realmente tiene que
ver mucho con el quehacer docente, con esa parte de pedagogía que nos enseñaban
en las universidades y cuando llegan los profesionales que manejan muy bien el
saber específico, pero que de pedagogía muy poquito. Llegan a enseñar como les
enseñó el profesor más duro de la universidad y eso en los muchachos
adolescentes es muy traumático, entonces pasamos del 230 totalmente alcahueta
al 1290 donde queremos rajar a todos los muchachos. Tenemos que revisar eso con
lupa y volver a repensar ese cuento de la educación.
Bienvenidos
todos los profesionales, pero tienen que meterse en el cuento. Ellos no quieren saber de estas metodologías,
porque dicen que todo esto está en el papel, pero realmente los muchachos
necesitan que el conocimiento se les baje al nivel de los estudiantes, es
entender que cuando a los muchachos se les trabaja desde el contexto ellos
pueden interiorizar más los conocimientos, pero esto realmente genera más
trabajo para planear las actividades con los muchachos. Cuando uno piensa en un
problema no es únicamente el problema que trae el libro, hay que pensar en el
contexto, en los temas que quiere abordar y entonces eso genera ciertas
dificultades y lamentablemente la mayoría de los docentes seguimos un texto
guía olvidándose mucho del contexto y trabajando más el texto guía. Eso lo
proporcionan mucho las situaciones-problema cuando se puede tener en cuenta el
trabajo colaborativo dentro del grupo y a partir de ahí establecer metodologías
de aprendizaje, conocer más al estudiante. Pero seguimos enseñando clase
magistral con tizas y tableros y ejercicios de el libro totalmente
descontextualizados donde todavía hablamos que 1 Kilo de papas vale $20 que no
tiene nada que ver con lo que nos movemos. Muy bonita la teoría, pero no la
estamos llevando al aula.
El
Estado arranca con la Ley 115 y a partir de ahí aparecen con una cantidad de
decretos que la reglamentan. En estos momentos –desde hace un año- se habla de
“educación gratuita”, pero vuelve y es de nuevo un engaño meter en un salón 50
muchachos y hablarles de “educación gratuita” con calidad eso es un engaño,
porque el hacinamiento en que están los muchachos: 20 computadores para 50
estudiantes entonces se queda uno con el interrogante si la educación es
gratuita. Ellos han invertido y no se puede negar, pero la realidad de las
aulas es diferente, porque un colegio con 2000 estudiantes cuenta tres salas de
informática, cuántos computadores por estudiante. Y nos hablan que debemos
trabajar las tics en el aula. Ahora nos hablan de mandar a los colegios
tableros digitales y nos dan capacitación y han mejorado un poquito en eso
cuento de la capacitación, pero cuando llegan los tableros siguen siendo
insuficientes para lo que ellos pretenden mostrar.
También
está el sueldo de los docentes, quienes siguen siendo los profesionales menos
pagados en el país. Los docentes están seis horas de clase en la institución,
pero tiene que salir a ajustar el sueldo en otras instituciones, a
complementarlo. Si mejoraran los salarios los docentes podrían dedicarse a la
investigación y a mejorar las prácticas pedagógicas dentro del aula. El 1278 es
un decreto nocivo donde el ascender y mejorar las condiciones salariales sigue
siendo un juego de azar.